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La máquina del tiempo. Dune de Denis Villeneuve y la conquista de México

Una potente máquina del tiempo pasado mueve Dune de Denis Villeneuve. Por otro lado, la conquista de México está movida por una máquina del tiempo futuro.

La máquina del tiempo es algo que ya existe y hace exactamente lo que promete: nos lleva de viaje a otras temporalidades.

Algunas máquinas del tiempo nos llevan al pasado, otras al futuro. Sin embargo, cuando no sabemos usarlas, son enigmas. Lo que todas tienen en común es su funcionamiento: nos mueven en el tiempo, pero no en el espacio. Nuestra realidad inmediata no cambia, pero la máquina del tiempo funciona como un mapa para nuestra imaginación.

Leonardo da Vinci (1478 -1519). “Maquinas para trabajar el oro”. Códice Atlántico, 1029v. https://www.codex-atlanticus.it/#/Detail?detail=1029

Por ejemplo, un “Ya voy”, una compra a crédito, 2001: Una odisea del espacio, todos estos significantes son máquinas del tiempo que nos llevan al futuro. Estos fragmentos comunicativos movilizan nuestra imaginación y la llevan a proyectarse, a lanzarse hacia el porvenir.

También está la máquina del tiempo pasado, que guía nuestra imaginación en dirección contraria a la vida y puede crear recuerdos. Es lo que ocurre cuando alguien nos cuenta un chisme o cuando leemos historias de las guerras de independencia latinoamericanas. La máquina del tiempo pasado abre caminos entre lo ya vivido y actúa sobre la memoria. Así, podemos saber que San Martín decretó la independencia del Perú el 28 de julio de 1821 como sabemos qué comimos por la mañana.

Para que la noción de máquina del tiempo sea más precisa y tenga alguna utilidad, debemos ser sutiles en su aplicación. A veces, una poderosa máquina del tiempo pasado está en el corazón de una obra contemporánea y futurista. Otras veces encontramos devastadoras máquinas del tiempo futuro en textos del siglo XVI. Sin embargo, mientras no sepamos descifrar las máquinas del tiempo, ellas serán un enigma, por lo que el objetivo de este ensayo será proponer una clasificación mínima de estos aparatos.

Dune de Denis Villeneuve, una máquina del tiempo pasado

Aunque la versión cinematográfica más reciente de Dune, dirigida por Denis Villeneuve (2021), sea una buena película de ciencia ficción, su motor es una máquina del tiempo que nos lleva directamente al pasado. Los acontecimientos de Dune tienen lugar en el año 10.193 y las gigantescas naves espaciales de la película viajan a la velocidad de la luz, pero la trama narrada es esencialmente medieval.

El emperador Shaddam Corrino IV envía a Leto Atreides, duque de Caladan, al planeta Arrakis como su nuevo protector. Arrakis es un planeta desértico, pero rico en una valiosa sustancia llamada melange, que sirve de combustible para los viajes espaciales. Debido a la riqueza de Arrakis, el antiguo protector del planeta, el barón Vladimir Harkonnen, se niega a ser sustituido por Leto y ataca la guarnición del duque en Arrakeen, una fortaleza en medio del desierto de Arrakis.

Mientras tanto, el hijo de Leto, Paul Atreides, consigue escapar de Arrakeen en compañía de su madre gracias a los poderes telepáticos que ella, sacerdotisa de la hermandad Bene Gesserit, le había enseñado. La película termina con el encuentro de Paul y Chani, una nativa de Arrakis con la que el joven Atreides soñaba desde el principio de la historia.

El final de la trama no se conocerá hasta el 20 de octubre de 2023, en la segunda película. Sin embargo, en la primera parte del Dune de Denis Villeneuve ya podemos identificar varios engranajes de una máquina del tiempo pasado. Las relaciones de poder entre los personajes son típicas de una sociedad feudal, ya que están mediadas por el honor. Por mucho que el Duque Leto no se beneficie económicamente del melange y sospeche que su nuevo cargo le llevará a un desastroso conflicto con el Barón Harkonnen, acepta ser enviado a Arrakis para cumplir con su deber. Aunque el duque Leto gestione la producción de uno de los productos clave para la economía del imperio, su motivación no es la acumulación de capital económico, sino de capital personal para su familia. Para Leto, el honor del linaje Atreides es más importante que su propia vida.

Oscar Isaac como el duque Leto en Dune, de Denis Villeneuve (2021)

Por eso podemos decir que la trama de Dune de Denis Villeneuve es propiamente reaccionaria, porque el sistema económico del futuro ha retrocedido a una etapa anterior. La condición para que la trama de la película sea posible es que nuestra civilización actual haya sido sustituida en algún momento por una nueva edad media interplanetaria.

Curiosamente, esta misma máquina del tiempo regresiva se encuentra también en la descripción del capitalismo tardío realizada recientemente por el ex ministro de finanzas griego, Yanis Varoufakis. Para Yanis, que trabajó en el gobierno de Syriza tratando de negociar la deuda griega, nosotros también estamos entrando en un período de tecnofeudalismo.

El tecnofeudalismo sería una etapa del capitalismo global en la que las tecnologías de la comunicación y el sistema bancario internacional están en manos de unas pocas empresas privadas. En otras palabras, sólo a través de nuestra asociación con determinadas empresas (Meta, Uber, Amazon, etc.) podemos sobrevivir en el mercado internacional.

Yanis Varoufakis. “El tecnofeudalismo: Explicando a Slavoj Zizek por qué creo que el capitalismo ha evolucionado hacia algo peor”. https://youtu.be/Ghx0sq_gXK4

El saqueo de México, una máquina del tiempo futuro

Por otro lado, cuando leemos los textos de la conquista española de México encontramos una trama contraria al tecnofeudalismo de Dune. Los relatos de este acontecimiento épico narran la destrucción del honor y la tradición feudales por el mercantilismo protocapitalista. Al saquear las joyas del tesoro de Moctezuma II:

[Los españoles] sacan afuera todos los artefactos tejidos de pluma, tales como travesaños de pluma de quetzal, escudos finos, discos de oro, los collares de los dioses, las lunetas de la nariz, hechas de oro, las grebas de oro, las ajorcas de oro, las diademas de oro.

Inmediatamente fue desprendido de todos escudos el oro, lo mismo que de todas las insignias: Y luego hicieron una gran bola de oro, y dieron fuego, encendieron, prendieron llama a todo lo que restaba, por valioso que fuera: con lo cual todo ardió.

Miguel León-Portilla, 2017, La visión de los vencidos, pp. 85-86

Matanza realizada por los españoles durante la festividad azteca del Tóxcatl, el 22 de mayo de 1520. Códice Durán, f20a.

En un día desapareció toda la riqueza que había sido registrada y acumulada durante siglos por la Triple Alianza de Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopan. Cada conquistador español encarnaba una máquina del tiempo futuro que tomaba para sí el oro de Tenochtitlan y “prendi[a] llama a todo lo que restaba, por valioso que fuera” . En consecuencia, la vibrante y delicada trama feudal de deber al tlatoani que construyó el tesoro de Moctezuma II, no pudo sostenerse.

Cortés sobre su caualo representaba el mercantilismo europeo que destruyó el pasado feudal azteca. Al fundir las insignias de la nobleza mexicana en barras de oro, los españoles se pusieron a la cabeza del capital. En otras palabras, los conquistadores movilizaron una verdadera máquina del tiempo futuro. Ilustraron con sus acciones la transformación de la mercancía en capital, de cualquier cosa en contabilidad.

Tributo pagado por el pueblo de Tepetlaoztoc a Hernán Cortés, el marqués del Valle, por vuelta de 1550. Códice Kingsborough, f8 verso. https://www.britishmuseum.org/collection/image/261338001

Sin embargo, limitados por el fisiologismo mercantilista, los conquistadores no pudieron entender el sistema de valores mesoamericano y abstrajeron del tesoro secular de los aztecas lo único que les servía de capital: el oro. Irónicamente, los artefactos que los españoles fundieron valdrían hoy mucho más que su peso en oro si se hubieran conservado.

Cuando la máquina del tiempo es un enigma

¿Qué ocurre cuando no conocemos el código para descifrar la máquina del tiempo y leer, como en un mapa, a dónde nos puede llevar esa máquina? Lo que vemos es un enigma. Nuestra imaginación intenta descifrarlo yendo en todas las direcciones, o se bloquea.

Los aztecas, por ejemplo, no entendieron la máquina del tiempo española y cuando los conquistadores ven el oro, los nahuas comparan los europeos con “monos” y “cerdos” (op. cit, 64). Incluso podemos argumentar que ni siquiera los españoles sabían lo que estaban haciendo. Para Cortés y sus soldados sus acciones eran en nombre del Rey y de la Cruz. Así que cuando actuaron como máquinas del tiempo futuro capitalista, lo hicieron como poseídos por el espíritu de otro tiempo.

Por otro lado, hoy sí podemos interpretar la máquina del tiempo futuro que actuó en el corazón del proceso de conquista española. Es decir, hoy podemos interpretar algo que para sus contemporáneos era un enigma.

Leonardo da Vinci (1478 -1519). “Movimiento perpetuo”. Códice Atlántico, 10623. https://www.codex-atlanticus.it/#/Detail?detail=1062

Así, la importancia del concepto de máquina del tiempo radica precisamente en resolver enigmas temporales como el que encontró Yanis Varoufakis respecto al capitalismo tardío. ¿Cómo explicar que el espacio público del mercado está siendo sustituido por plataformas privadas de comunicación? La respuesta de Varoufakis es que el propio capitalismo ha evolucionado hacia un tecnofeudalismo.

Este concepto es una máquina del tiempo pasado como la Dune de Denis Villeneuve, un aparato reaccionario, que suprime el presente y va en dirección contraria a la vida. Por ello, debemos estar abiertos a la posibilidad de que el sistema económico actual siga siendo un enigma y pueda tener mecanismos más catastróficos que los de la Edad Media.

Por último, es justo llamar feudal al sistema económico actual, como los aztecas llamaban “monos” a los españoles. Sin embargo, debemos seguir buscando la máquina del tiempo futuro que actúa dentro del proceso histórico contemporáneo y analizarla para encontrar sus potencialidades redentoras y catastróficas.

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