Se murió el amor burgués.
Si es cierto que el capital
es hoy tecnofeudal,
quiero el amor cortés.
¿Qué digo? Son pasado:
la doncella, el caballero.
El medievo por dinero
quedó bien sepultado.
En nuestra tierra
vino El Quijote
como una fiera
con un garrote.
Ni honra ni fama.
Oro es lo que ama
El héroe, el marqués
español o portugués.
Por siempre expropiado
y por veces explotado
el latinoamericano
nunca ha sido un villano.
El mundo hoy nos limita
con su internet maldita,
con sus máquinas de datos,
nos expropian los hados.
El tecnosur mundial,
el tecnoporfiriato,
privatización vial,
es nuestro futuro liado.
Este mundo no deviene
feudal. Lo que se sostiene
es todavía más culero:
deviene Rio de Janeiro.
Así, el amor cortés rechazo,
y al futuro amor abrazo.
En el tecnosur ya veo
triunfar el amor-perreo.